Un lugar místico de leyendas y deidades Murche, situado a 118 km al oeste de Ashgabat, es un antiguo pueblo en las faldas de las montañas Kopetdag lleno de ruinas antiguas, misticismo y deidades. En Murche, uno puede ver las antiguas tradiciones tribales que aún se llevan a cabo con sus misteriosas ofrendas a las deidades paganas; ver el inexplicable fenómeno natural de la luz que irradia desde un lugar de enterramiento arcaico, o caminar sobre ruinas preislámicas dedicadas a la patrona de las mujeres y la fertilidad. También en Murche se encuentra el Mausoleo de Zengi-Baba, que en la mitología indoiraní es un reflejo de Mitra, el antiguo dios del sol. Con el tiempo, este culto se extendió más allá de Irán y Asia Menor y gradualmente se convirtió en un culto misterioso. Todo es para el viajero curioso, a solo dos horas de la capital.
Mausoleo de Zengi Baba
El santuario principal dedicado a Zangi Baba se destaca como una estructura prominente, cuyos orígenes se remontan a los siglos XIII o XIV. Durante esta época, se reutilizaron los ladrillos rescatados de los edificios anteriores o, alternativamente, podría haber sido construido inicialmente durante los siglos X o XI y luego sometido a una reconstrucción varios siglos después.
Este mausoleo tiene la forma de un edificio cuadrado coronado por una gran cúpula. La unión entre las paredes y la cúpula está acentuada por cuatro nichos distintos, diseñados ingeniosamente para crear una transición perfecta. En el interior, el cenotafio está adornado con intrincados azulejos, que muestran una variedad de cautivadores patrones geométricos.
Alrededor del mausoleo, se puede encontrar una notable variedad de objetos de forma ovalada, a menudo especulados con que son balas de cañón, aunque la tradición local los atribuye a huevos de dinosaurio. Además, en las inmediaciones hay una interesante colección de piedras de aspecto peculiar, en particular ammolitas, a las que se les atribuyen cualidades sagradas. Estos objetos y piedras se conservan con sumo cuidado, lo que realza aún más el aura de santidad que rodea al lugar.