En el lado occidental de Asjabad se ha construido el complejo conmemorativo nacional “Halk Hakydasy”, en el que se encuentran el monumento al terremoto de Turkmenistán y el monumento a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. Este monumento al terremoto, terminado en 1998, rinde homenaje a las personas fallecidas en el terremoto de Asjabad de 1948. El monumento está representado por una enorme estatua de un toro que sostiene la Tierra sobre su espalda. Los antiguos turcos creían que “la Tierra estaba sostenida sobre la espalda de un “toro gigante”, que la Tierra era demasiado pesada y que el toro a veces movía las piernas y jugaba con los hombros”, y así explicaban la razón por la que se producían los terremotos.

Frente al monumento al terremoto se encuentra el elegante monumento a los caídos de Turkmenistán, construido en los años 70 en honor a los que murieron en la Segunda Guerra Mundial. Cuatro altas columnas cónicas de mármol rojo rodean una llama eterna, como pétalos que protegen el corazón de una flor. Al lado de esta composición hay un arco de mármol rojo, bajo el cual se arrodillan dos combatientes, vigilados por una figura femenina afligida.