Chankovuz, kubyzy, dan moi, shankobyz, gopuz, vargan o zubanka: todos estos son solo una pequeña parte de los nombres de un instrumento musical pagano que nos ha llegado desde la antigüedad.
En las familias turcomanas, a las niñas se les enseñó a tocar el gopuz desde la infancia. Y hasta su juventud, las bellezas lo llevaron como un «talismán musical» que siempre estuvo a mano. Los antepasados creían que las vibraciones que surgen al tocar tienen un efecto curativo y pueden tener un efecto beneficioso sobre la salud humana.
El rango del gopuz turcomano es desde la nota do de la primera octava hasta la nota si, que le permite tocar varios patrones rítmicos, imitando los sonidos de los pájaros, los latidos de los cascos y los peines de un tejedor de alfombras mientras teje una alfombra.
El gopuz turcomano consiste en una base metálica en forma de herradura con extremos paralelos y una delgada lengüeta de acero unida en el medio. El intérprete se lleva el instrumento a la boca y pone la lengua en movimiento pellizcando la punta doblada. La cavidad de la boca sirve como resonador y, al cambiar su volumen, el intérprete amplifica los armónicos necesarios.
En traducción del turco Antiguo, la palabra » gop «significa alto, elevado, y» uz » significa voz. En general, el significado de la palabra se entiende como «sonido musical mágico».