En cualquier hogar turcomano con un pequeño patio, se puede encontrar un horno redondo de arcilla llamado tamdyr. El tamdyr ha existido en la vida diaria de las personas en el Cáucaso, Oriente y Asia Central durante siglos.
Es difícil decir cuán antigua es esta invención, pero es posible que el tamdyr apareciera en los albores de la humanidad, cuando las personas decidieron diversificar su dieta predominantemente a base de carne y aprendieron a cultivar trigo y hacer harina. Así, junto con el asador, surgió el tamdyr.
Durante las excavaciones del antiguo país de Margiana, ubicado en la actual Turkmenistán, los arqueólogos descubrieron restos de hornos de arcilla en los que los antepasados turcomanos horneaban pan.
Mucho ha cambiado a lo largo de los milenios, y el mundo también ha cambiado, pero estas simples estructuras han permanecido inalteradas, conservadas en su forma original.
A primera vista, el tamdyr es una estructura sencilla. Todo lo que se necesita para construirlo es agua y arcilla. Sin embargo, no es tan simple. Los secretos de hacer tamdyrs se transmitieron de generación en generación. Aquellos que hacen tamdyrs son llamados «tamdyrchi».
El proceso de creación del horno tiene sus reglas inmutables. Es todo un ciclo de acciones secuenciales. Un paso omitido hará que todo el proceso falle. Tomemos la arcilla, por ejemplo. Preferiblemente debe ser caolín, con una composición uniforme que pueda amasarse como plastilina en lugar de desmoronarse en las manos.
Los maestros experimentados – tamdyrchi – saben dónde obtener dicha arcilla y la utilizan durante décadas. Los tamdyrs armenios, kazajos, uzbekos, tayikos y otros son poco diferentes entre sí. Los tamdyrs turcomanos no son una excepción.
La arcilla se amasa con los pies, añadiendo paja de trigo a la mezcla, y a veces lana de oveja o camello para aumentar las propiedades de retención de calor del horno. Un tamdyr así dura mucho tiempo y no se agrieta por el calor.
De la arcilla preparada, se enrollan bolas, se golpean contra el suelo como masa sobre una mesa hasta que se convierten en una masa uniforme, luego se enrollan en rollos. Se dibuja un círculo suave en el suelo, y los rollos de arcilla se colocan en un círculo, uno encima del otro, hasta que las paredes del tamdyr alcanzan una altura de aproximadamente un metro.
Para darle al tamdyr una forma esférica y un cierto grosor, las paredes se golpean con placas de madera. Un adorno decorativo – un borde de arcilla – corona la boca del tamdyr. La superficie del horno se pule para que quede lisa. Luego se seca el tamdyr.
El tamdyr seco se coloca sobre un anillo de ladrillos, dejando una pequeña abertura en la parte inferior – un fuelle. A veces, el tamdyr se recubre adicionalmente con una capa de ladrillos en el exterior para una mejor retención de la temperatura. ¡Ahora el horno está listo!
Antes de comenzar el proceso de horneado de pan (llamado chureka en turcomano), se carga madera en la boca del horno y se enciende continuamente durante varias horas – se produce una quema interna de la superficie. Después de quemar el combustible, cuando el hollín se ha quemado por completo y las paredes del tamdyr se han vuelto blancas, el tamdyr está listo para usarse.
La superficie interior, enfriada después de la quema, se endurece, y luego el tamdyrchi añade el toque final: un bajorrelieve decorativo en la pared del tamdyr, generalmente una imagen estilizada de los cuernos de un argalí. Este elemento se considera un talismán turcomano diseñado para proteger el hogar de los malos espíritus y otros desastres, tanto el chureka mismo como a quienes lo preparan y lo comen.
Justo antes de usar el tamdyr, se calienta con madera o leña hasta que está caliente, luego se retira la ceniza a través del fuelle, y las paredes interiores del horno se rocían con agua salada. La masa cruda se arroja cuidadosamente y con destreza al horno para que no pierda su forma y se adhiera ordenadamente a la pared.
Las personas que han adquirido las habilidades necesarias desde la infancia pueden casi sumergirse en la boca llameante del tamdyr, colocando rápidamente la masa en la pared caliente con la mano desnuda, y luego, después de 5-7 minutos, utilizando un guante grueso especial para retirar el chureka caliente y terminado de las paredes.
Existen tamdyrs pequeños que pueden contener seis o siete panes planos, y otros que pueden contener hasta cuarenta.
El horno tamdyr no es solo una herramienta para hornear pan, sino que también ocupa un lugar especial en la cultura turcomana. A menudo es el centro del hogar y un símbolo de hospitalidad. Los invitados son recibidos con tamdye y chebureks recién horneados, y el horno siempre se mantiene caliente para garantizar que haya suficiente pan para todos.
El proceso de horneado en sí mismo es una forma de arte, y los panaderos sienten un gran orgullo por sus habilidades. La masa se prepara cuidadosamente utilizando harina, agua, levadura y sal, y luego se deja reposar durante varias horas. Una vez que la masa ha subido, se aplana en discos y se coloca en las paredes del horno tamdyr. El pan se hornea hasta que está dorado y crujiente por fuera, y suave y esponjoso por dentro.
En Turkmenistán, el churek y los chebureks no son solo una comida, sino un estilo de vida. Representan el calor del hogar, la alegría de la familia y el orgullo por la tradición. Así que si alguna vez tienes la oportunidad de probar estos deliciosos platos, tómate un momento para saborear los sabores y apreciar el significado cultural detrás de ellos.
El horno tamdyr es un atributo esencial de cualquier hogar rural en Turkmenistán. Y no solo en los hogares rurales. Un horno redondo de arcilla, con olor a calor, puede verse también en los patios de los habitantes de la ciudad. Con su propio trigo y harina, ¿por qué no hornear pan ellos mismos, especialmente si la familia es grande? Que los niños conozcan el sabor del verdadero pan plano.
Por cierto, si estás caminando a casa desde el trabajo o simplemente paseando por la ciudad, y te tienta el fragante olor del pan caliente que proviene de un patio donde las mujeres están cumpliendo con su deber sagrado en el tamdyr, siéntete libre de entrar. Nadie se negará jamás a ofrecerte chureka recién horneado.
En conclusión, el horno tamdyr no es solo una herramienta para hornear pan, sino también un símbolo cultural de hospitalidad, calor, familia y tradición en Turkmenistán. Su versatilidad y único proceso de horneado lo convierten en una parte esencial de cualquier hogar, ya sea rural o urbano. El sabor y aroma del tamdye y chebureks recién horneados son incomparables, y cualquiera que tenga la oportunidad de probarlos debería tomarse un momento para apreciar su significado cultural.